Vich, comarca de Osona, Barcelona, 1977, Antonio Jaumà, manager de la empresa multinacional Petnay es asesinado. Le han pegado un tiro por la espalda a la altura del corazón, un tiro perfecto.
Luego tiran el cadáver entre la maleza, cerca de Vich, y allí permanece, según el forense, pocas horas, las de una madrugada.
Según la policía, se trata de un ajuste de cuentas de algún chulo de putas. Jaumà era un mujeriego en el sentido más antiguo, y poco glorioso, del término. O bien le hicieron chantaje y opuso resistencia, o se topó con un chulo malasombra.
Al cuerpo le faltaba una pieza fundamental: los calzoncillos, y, tal vez para compensar, llevaba unas bragas en el bolsillo. Además el cuerpo apestaba a un perfume íntimo de señora: "Eau Lustrale pour L´Hygiene Intime", era como si le hubieran derramado un tonel lleno.
Además, Jaumà había anotado en su agenda que su secretaria contactara a Carvalho urgentemente.
Carvalho y Jaumà se habían conocido y trabado amistad, a finales de la década de los sesenta en Estados Unidos, en un vuelo de San Francisco a Las Vegas.
Todo ello hace que a viuda de Jaumà desconfíe de la versión policial y que contrate a Carvalho para que investigue el asunto.
Poco a poco, Carvalho, el hombre que pasó por la CIA lleno de cinismo y despecho, capaz de disparar sobre un Jefe de Estado o de meterse en la boca de lobos mayores, empezará a darse cuenta de que se está adentrando en un territorio excesivo para su tamaño.
Escrito por Hernán Migoya y dibujado por Bartolomé Seguí, el álbum "La soledad del Manager", que fue publicado, en septiembre de 2019, por Norma Editorial, tiene 80 páginas a color y puede ser adquirido por un precio de 19,50 euros.
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