"Cuando un tribunal se pronuncia sobre cualquier cuestión relativa a […] la educación de un niño […] el bienestar del menor será la consideración primordial del juez", Sección I (a), Ley del Menor (1989)
Acostumbrada a evaluar las vidas de los demás en sus encrucijadas más complejas, Fiona Maye se encuentra de golpe con que su propia existencia no arroja el saldo que desearía: su irreprochable trayectoria como Magistrada del Tribunal Superior de Justicia especializada en Derecho de Familia ha ido arrinconando la idea de formar una propia, y su marido, Jack, acaba de pedirle educadamente que le permita tener, al borde de la sesentena, una primera y última aventura: una de nombre Melanie.
Y al mismo tiempo que Jack se va de casa, incapaz de obtener la imposible aprobación que demandaba, a Fiona le encargan el caso de Adam Henry.
Adam es anormalmente maduro, y encendidamente sensible, y exhibe una belleza a juego con su mente, tan afilada como ingenua, tan preclara como romántica; pero que está, también, enfermo de leucemia.
Adam asumiendo las consecuencias últimas de la fe en que sus padres, testigos de Jehová, lo han criado, ha resuelto rechazar la transfusión que le salvaría la vida.
Sin embargo, Adam aún no ha cumplido los dieciocho, y su futuro no está en sus manos, sino en las del Tribunal que Fiona preside.
Y Fiona lo visita en el hospital, y habla con él de poesía, y canta mientras el violín de Adam suena; luego vuelve al Tribunal y decide, de acuerdo con la Ley del Menor.
En este punto la Ley es inequívoca, Adam no poseerá autonomía en la materia hasta que cumpla dieciocho años.
Escrita por Ian Mcewan, la novela "La Ley del Menor", que fue publicada, en octubre de 2015, por Anagrama, tiene 216 páginas y puede ser adquirida por un precio de 17,90 euros.
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