domingo, 3 de marzo de 2019

RECOMENDACIÓN: "LA MUERTE DE LOS HÉROES", DE CARLOS GARCÍA GUAL


En las páginas de "La muerte de los héroes", Carlos García Gual recupera, con referencias puntuales a textos antiguos, veinticinco escenas míticas en torno al tema del encuentro con la muerte de los héroes griegos

Esto es, lo que podríamos considerar su última aventura, gloriosa a veces, otras tristeEl mero morir no es algo extraordinario, sino un hecho ligado a la condición de todo ser humano, sea o no un héroe griego

Pero puede resultar interesante advertir cuántas variaciones hallamos en esas escenas de muertes, a veces muy singulares y dramáticas, y no carentes de una extraña ironía trágica en muchos casos. 

Se trata, pues, solo de evocar esas estampas, espigadas de diversos textos de la literatura clásica, presentando los relatos con numerosas citas poéticas, pero sin notas ni disquisiciones filosóficas

García Gual distingue en el libro tres secciones: primero están los personajes míticos más fabulosos; luego, algunos héroes homéricos, y, como tercer acto, los destinos de tres impresionantes figuras trágicas femeninas.

Acerca de los personajes de los mitos griegos, esas figuras arcaicas e inolvidables de la mitología clásica, la bibliografía es infinitaGarcía Gual no pretende dar todos los detalles de las respectivas tramas míticas ni detenerse en las notas eruditas.

Cuenta y comenta las escenas finales de sus peripecias: cómo acabaron. Es decir, narra la última escena de cada trayectoria, cuando ya va a caer el telón

El lector ya conoce, más o menos, lo esencial de esos viejos relatos, pero García Gual intento reavivar las luces y sombras de los variados ocasos

Es conocida la sentencia antigua que dice: “Los que los dioses aman mueren jóvenes”. Sin embargo, en el caso de los héroes esa afirmación no es válida

Por más que la juventud fue muy elogiada por los griegos, por los poetas líricos sobre todo, como el tiempo del amor y la belleza y la plenitud física, en contraste con la agobiante y fea vejez, la muerte prematura es una triste desdicha

De la muerte de muchos héroes jóvenes hasta los dioses se apenan —al menos en la epopeya—, y vemos cómo intentan salvar a sus favoritos, pero no siempre lo consiguen.

Excepto en alguna curiosa leyenda, la muerte no es ningún premio; es el destino fatal de la efímera condición humanaLa inmortalidad es privilegio de los dioses, “los que existen para siempre”. 

En su decisión de afrontar la muerte destella, justamente, la grandeza anímica del héroe

Los textos hablan de una “bella muerte” en el caso de esos jóvenes combatientes, que tiene un final admirable, cuando el “alma” (esa psyché significa “vida” y “hálito vital”) parte de golpe y abandona para siempre el cuerpo derrumbado y sangriento en el duro fragor de la lucha

Esa muerte es siempre un inmenso motivo de dolor, y el cadáver exige sus honores fúnebres

En la perspectiva homérica, del gran guerrero muerto perdurará la memoria debida a su coraje y su hombría magnánima, y por ello será recordado y motivo de elogio épico entre la gente de después, con un aura de largo resplandorEsto es especialmente notable en los bravos guerreros iliádicos

"La Ilíada", el primer gran poema de occidente, exalta esa arriesgada condición de los héroes que la poesía inmortaliza

A diferencia de los arcaicos héroes míticos, como Heracles o Jasón, que se lanzan a sus aventuras para lograr una gloria personal, el guerrero homérico asume la defensa de una comunidad y por ella expone su vidaEl ejemplo más claro de ese tipo de héroe es Héctor, que muere por Troya

Como señalaba Redfield, en su libro "La tragedia de Héctor", “Todos los hombres nacen para morir, pero solo el guerrero debe enfrentarse a este hecho en su vida social, puesto que solo cumple con sus obligaciones haciendo frente a los que buscan su muerte. La comunidad se asegura mediante el combate, que es la negación de la comunidad: esto genera una contradicción en el papel del guerrero. Su comunidad lo mantiene y lo envía a su propia destrucción. En nombre de la comunidad él debe abandonarla y penetrar en el reino de la fuerza. El guerrero solo protege al mundo humano contra la fuerza gracias a que él mismo está obligado a utilizar y sufrir la fuerza”. 

Ese es el tipo de héroe cívico que, siglos más tarde, ensalza Pericles en un famoso discurso fúnebre sobre los atenienses muertos por su patria, según recoge el texto de Tucídides.

El héroe debe experimentar la muerte. La muerte del héroe es el tema que le da su poder, no solo en el culto sino también en la poesía

Los lectores de la poesía helénica aún lo percibimos. Cuando un héroe se une al combate en la épica de Homero, somos plenamente conscientes de la intensa seriedad de todo ello: se va a enfrentar a la muerte.

Las mujeres griegas suelen quedar, en principio, al margen de ese sangriento escenario heroico

Sin embargo, algunas han dejado un rastro personal en esa memoria mitológica, afrontando con muy singular audacia la dura condena de la sociedad y sufriendo cruel muerte, al margen de las normas de esa tradición que marginaba a las mujeres de la vida pública, de la guerra y del poder

Así que, como colofón, García Gual evoca a tres famosas figuras femeninas, no épicas, sino trágicas: Clitemnestra, Casandra y Antigona. 

Las tres son, de modo muy distinto, figuras del mito que la tragedia ha exaltado y dibujado con tonos patéticos. Desafiaron la Ley, transgredieron la imposición masculina para erguirse contra la obediencia

Clitemnestra es, a los ojos de la Ley antigua, la más perversa: cometió adulterio y asesinó a su marido, y luego usurpó el trono de Micenas

Casandra se negó a los deseos de Apolo, incluso engañó al dios, cuando este le había ofrecido ya su regalo de boda: la profecía

Antígona desobedeció la Ley de Creonte, que en nombre de la patria y de la ciudad de Tebas prohibió dar sepultura a Polinices.


Las tres fueron castigadas: Clitemnestra murió a manos de sus hijos, Orestes y Electra. Casandra fue tenida por loca, esclavizada, brutalmente raptada, y asesinada en Micenas. Antígona fue condenada a la muerte y se ahorcó en la cueva donde estaba enterrada viva.

Publicado, en diciembre de 2016, por Turner, el ensayo "La muerte de los héroes" tiene 162 páginas y puede ser adquirido por un precio de 14,90 euros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario