Transcurre el año 1949, harto de ocuparse del hotel de su suegro situado a un paso del campo de concentración de Dachau, en Alemania, y con su esposa ingresada en una institución mental, el sardónico detective Bernie Gunther ha decidido ir tras los pasos de Friedrich Warzok, un peligroso criminal de guerra nazi.
Warzok era un hombre malvado. Antes de la guerra había estado en los Freikorps, y después en el Partido Nazi. Entonces se unió a las SS y se convirtió en Hauptsturmführer. Lo destinaron al campo de Lemberg-Janowska, en Polonia.
Janowska no era como los otros campos. Empezó como una red de factorías que formaban parte de la fábrica de
armamento alemán, en Lvov.
Había judíos y polacos que hacían trabajos
forzados. Unos seis mil en 1941. Warzok llegó a principios de 1942,
El comandante era un hombre
llamado Wilhaus, y Warzok se convirtió en su ayudante. Había
unos doce o quince oficiales alemanes. Pero la mayoría
de los miembros de las SS, los guardias, eran rusos que se habían ofrecido
como voluntarios para servir a las SS y eludir así los campos de prisioneros
de guerra.
Después de que Warzok llegara a Janowska, el campo comenzó a llenarse
de judíos. De muchos judíos. Y los valores del campo, si es que puede
utilizarse una palabra así para hablar de Janowska, empezaron a cambiar.
Obligar a los judíos a fabricar munición se volvió mucho menos importante
que acabar con ellos.
Y no los mataron de manera sistemática, como
en Auschwitz-Birkenau. Nada de eso. Aquello consistía en matarlos
de uno en uno, tal y como le apeteciera al oficial de las SS de turno.
Y
cada uno de ellos tenía su forma favorita de acabar con los judíos. Y
cada día alguien era baleado, ahorcado, ahogado, empalado, destripado,
crucificado…
Las mujeres eran apuñaladas hasta morir, o mutiladas
con hachas. Utilizaban a los niños para practicar puntería. Apostaban si podrían partir a un niño por la mitad de un solo hachazo.
Cada oficial de las SS estaba obligado a llevar la cuenta de cuántos
había matado a fin de elaborar una lista.
Trescientas mil personas
murieron de ese modo. Trescientas mil personas asesinadas
brutalmente, a sangre fría, por sádicos que se carcajeaban. Y Warzok fue uno de ellos
Pero, por supuesto, nada es lo que parece, y Bernie pronto se encontrará navegando en un mar mortal habitado por ex-nazis que huyen de la persecución y de organizaciones secretas constituidas con el objetivo de facilitar la huída a los verdugos del Tercer Reich.
Escrita por Philip Kerr, la novela "Unos por otros", que fue publicada, en diciembre de 2016, por RBA, tiene 416 páginas y puede ser adquirido por un precio de 15,00 euros.