"El uso del poder absoluto es muy peligroso a los Reyes, muy odioso a sus vasallos, muy ofensivo a Dios y a la naturaleza", Antonio Pérez.
Algunos narradores tienen el don de zambullirse en la realidad de un proceso histórico y rescatar biografías que han languidecido durante siglos en las fosas de la amnesia histórica, contando historias y comunicando emociones..
Es el caso de Javier Olivares quien, en "Felipe, herederás el Mundo", enhebra los hilos que trenzan una crónica que desvela la historia de un niño que no eligió ser hijo de quien era, que perdió a su madre con doce años y que veía tan poco a su padre, el Emperador Carlos, que apenas recordaba su faz. Es la historia de un niño a quien su padre enseñó a ser Emperador.
Historiadores, poetas y dramaturgos han presentado al sucesor de Carlos como un monarca tiránico y siniestro, culpable, tanto en su vida privada como en la pública, de los más terribles crimines.
Su figura estuvo ligada a episodios tristemente célebres como el saqueo de Amberes, protagonizados por los Tercios Hispánicos en 1576. Allí, la "Furia Española" alcanzó su máxima expresión de barbarie: cuchilladas, saqueos, violaciones, recién nacidos lanzados desde las ventanas y atravesados por las picas españolas. De hecho, no fue Felipe II el único acusado, sino toda la nación hispana a la que se achacaba una aureola de prepotencia y crueldad.
Javier Olivares huye de los clichés de la leyenda negra y de la exaltación de los valores que subyacían en la obra de España en el mundo.
Escoge valorar objetivamente la persona y la obra del monarca, presentando a Felipe como un hombre complejo, plagado de contradicciones, creyente y, al mismo tiempo, supersticioso, marcado por las mujeres que le rodearon y enseñaron tanto a amar como a gobernar, seductor y desconfiado, dueño de una gran sensibilidad y, no obstante, capaz de las mayores crueldades con sus enemigos.
Escoge valorar objetivamente la persona y la obra del monarca, presentando a Felipe como un hombre complejo, plagado de contradicciones, creyente y, al mismo tiempo, supersticioso, marcado por las mujeres que le rodearon y enseñaron tanto a amar como a gobernar, seductor y desconfiado, dueño de una gran sensibilidad y, no obstante, capaz de las mayores crueldades con sus enemigos.
Las mismas crueldades e intolerancias que se atribuyeron a la monarquía de Felipe II fueron igualmente cometidas, en diversos momentos, por las Coronas que se rasgaban las vestiduras y atacaban al trono hispano .
En la obra de Olivares, los tonos no son negros ni rosas, sino que hay muchos grises e, incluso, algún blanco, mostrándo al Felipe más auténtico, desprovisto de lugares comunes tantas veces repetidos en el pasado, situando su figura, como no podía ser de otro modo, en las coordenadas de su tiempo.
"Felipe, herederás el Mundo", que ha sido publicada por Ediciones B, tiene 448 páginas y puede ser adquirida por un precio de 20,00 euros.
Buenos días desde la distancia kilométrica aunque el afecto que nos prodigamos, la anula.
ResponderEliminarEs curioso. Hace dos días he terminado de releer "El pedestal de las estatuas" de A. Gala, novela en cuya contraportada figura lo siguiente: "La España del Siglo de Oro nunca fue el Imperio dorado que pretendió. Y es que ¿Qué se puede esperar de un país gobernado durante casi dos siglos por monarcas genocidas, fratricidas, parricidas e incluso suicidas?.
Las sombras oscuras de aquellos días funestos quedan ahora reveladas por la pluma del secretario de Felipe II, Antonio Pérez.
Un abrazo, querido amigo.
Pepa Terrón
Una época tan compleja, fascinante y miserable como el presente. Un abrazo amiga
EliminarUna época tan compleja, fascinante y miserable como el presente. Un abrazo amiga
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