Creada, en 1963, por Charlier y Giraud para la revista Pilote, la serie "Las aventuras del Teniente Blueberry" es, sin duda alguna, una de las cimas del western europeo.
Bebedor, jugador, fullero, indisciplinado y camorrista, si el Teniente Mike Blueberry no fue expulsado ignominiosamente del ejército y se dio una última oportunidad de rehabilitarse, haciendo que lo olvidasen o, mejor aún, que lo matasen en el Oeste, fue únicamente gracias a sus excepcionales servicios durante la Guerra de Secesión.
Enrolado como corneta a los diecisiete años en los Voluntarios de Nabraska, fue dos veces herido, seis veces citado y terminó la guerra como teniente.
Destinado a Fort Navajo, en la frontera Apache, la región está aparentemente en calma, hasta que el rancho de Phil Stanton, uno de los pioneros de la zona, es atacado y saqueado por una partida de Mescaleros venidos de México.
Después de secuestrar al hijo de Stanton e ingeniárselas para que se acuse a los Apaches del ataque, los Mescaleros se ponen a salvo al otro lado de la frontera y estalla la guerra.contra Apaches y Navajos.
Mientras una angustia mortal hace presa de Fort Navajo. Los correos enviados hacia el Norte y el Este no logran atravesar las líneas indias.
Pronto, las pocas familias de pioneros y mineros, que logran refugiarse en el Fuerte, confirman las peores noticias, la pequeña guarnición ha quedado totalmente aislada del mundo, en el corazón de un inmenso territorio controlado, hasta en los menores accesos, por los Apaches de Cochise.
Solo hay una forma de evitar la caída de Fort Navajo, conseguir que alguien atraviese las líneas Apaches y llegue a Tucson para pedir refuerzos al Estado Mayor.
Blueberry se ofrece voluntario, pero al llegar Tucson se encuentra con que la guarnición de Fort Huachuca se ha replegado a Phoenix.
A Blueberry solo le queda regresar a Fort Navajo a morir con sus compañeros. Sin embargo, cuando llega al Fuerte, se encuentra con un silencio de muerte. No hay señales de vida y las puertas están abiertas. Allí, se entera de que la mitad de la guarnición ha caído en combate y que los supervivientes han conseguido replegarse a Fort Bayard.
Aún hay una forma de detener la guerra, demostrar la inocencia de Cochise y los Apaches en el secuestro del joven Stanton. Para ello, hay que dar con los secuestradores y rescatar al niño.
Tras pasar clandestinamente a México y rescatar a Dick Stanton, Blueberry logra cruzar el río Grande y llegar a Texas. Allí se entera de que las ciudades de Tucson, Tubca, Florence y San Javier han sido saqueadas por los Apaches, así como que Cochise ha aniquilado las columnas de socorro.
Muchos Fuertes han sido evacuados, las carreteras de Arizona están cortadas y han muerto centenares de civiles. Las cosas han llegado demasiado lejos y no parece haber la menor posibilidad de deterner la matanza.
En Fort Quitman, el Coronel Birdling le propone que escolte a un convoy de municiones con destino a Fort Bowie, dónde se encuentra el General Crook, quien está encargado de dirigir la guerra contra Cochise y sus Apaches.
A pesar de la sangre vertida, hay una esperanza para la paz. Blueberry sabe que Cochise es un Jefe viejo y sensato, que ama a su pueblo y llora a cada uno de sus muertos como si fuera su propio hijo, para él, la guerra no tiene salida. Por ello, Blueberrey cree que Cochise estaría dispuesto a aceptar una tregua.
Pero para llegar hasta Cochise, Blueberry tiene que atravesar el desierto de Sonora, un infierno de polvo, dónde se puede ver a un jinete a decenas de millas.
Allí, descubrirá que Luis Armendariz, Gobernador del Estado de Sonora, está suministrando armas y caballos a los Apaches.
Armendariz busca la presidencia de su país y, para asegurar su popularidad, quiere recuperar Texas utilizando a los Apaches y, luego, traicionarlos, librándose de ellos.
Cuando Blueberry cae en poder de las tropas de Armendariz, su única oportunidad de sobrevivir es aliarse con el Capitán Kimball, un antiguo oficial sudista, quien, para evitar las prisiones nordistas, ha buscado refugio en México.
Sus cuatro primeros álbumes fueron titulados: "Fort Navajo", "Tormenta en el Oeste", "Águila Solitaria" y "El Jinete Perdido".
Bebedor, jugador, fullero, indisciplinado y camorrista, si el Teniente Mike Blueberry no fue expulsado ignominiosamente del ejército y se dio una última oportunidad de rehabilitarse, haciendo que lo olvidasen o, mejor aún, que lo matasen en el Oeste, fue únicamente gracias a sus excepcionales servicios durante la Guerra de Secesión.
Enrolado como corneta a los diecisiete años en los Voluntarios de Nabraska, fue dos veces herido, seis veces citado y terminó la guerra como teniente.
Destinado a Fort Navajo, en la frontera Apache, la región está aparentemente en calma, hasta que el rancho de Phil Stanton, uno de los pioneros de la zona, es atacado y saqueado por una partida de Mescaleros venidos de México.
Después de secuestrar al hijo de Stanton e ingeniárselas para que se acuse a los Apaches del ataque, los Mescaleros se ponen a salvo al otro lado de la frontera y estalla la guerra.contra Apaches y Navajos.
Mientras una angustia mortal hace presa de Fort Navajo. Los correos enviados hacia el Norte y el Este no logran atravesar las líneas indias.
Pronto, las pocas familias de pioneros y mineros, que logran refugiarse en el Fuerte, confirman las peores noticias, la pequeña guarnición ha quedado totalmente aislada del mundo, en el corazón de un inmenso territorio controlado, hasta en los menores accesos, por los Apaches de Cochise.
Solo hay una forma de evitar la caída de Fort Navajo, conseguir que alguien atraviese las líneas Apaches y llegue a Tucson para pedir refuerzos al Estado Mayor.
Blueberry se ofrece voluntario, pero al llegar Tucson se encuentra con que la guarnición de Fort Huachuca se ha replegado a Phoenix.
A Blueberry solo le queda regresar a Fort Navajo a morir con sus compañeros. Sin embargo, cuando llega al Fuerte, se encuentra con un silencio de muerte. No hay señales de vida y las puertas están abiertas. Allí, se entera de que la mitad de la guarnición ha caído en combate y que los supervivientes han conseguido replegarse a Fort Bayard.
Aún hay una forma de detener la guerra, demostrar la inocencia de Cochise y los Apaches en el secuestro del joven Stanton. Para ello, hay que dar con los secuestradores y rescatar al niño.
Tras pasar clandestinamente a México y rescatar a Dick Stanton, Blueberry logra cruzar el río Grande y llegar a Texas. Allí se entera de que las ciudades de Tucson, Tubca, Florence y San Javier han sido saqueadas por los Apaches, así como que Cochise ha aniquilado las columnas de socorro.
Muchos Fuertes han sido evacuados, las carreteras de Arizona están cortadas y han muerto centenares de civiles. Las cosas han llegado demasiado lejos y no parece haber la menor posibilidad de deterner la matanza.
En Fort Quitman, el Coronel Birdling le propone que escolte a un convoy de municiones con destino a Fort Bowie, dónde se encuentra el General Crook, quien está encargado de dirigir la guerra contra Cochise y sus Apaches.
A pesar de la sangre vertida, hay una esperanza para la paz. Blueberry sabe que Cochise es un Jefe viejo y sensato, que ama a su pueblo y llora a cada uno de sus muertos como si fuera su propio hijo, para él, la guerra no tiene salida. Por ello, Blueberrey cree que Cochise estaría dispuesto a aceptar una tregua.
Pero para llegar hasta Cochise, Blueberry tiene que atravesar el desierto de Sonora, un infierno de polvo, dónde se puede ver a un jinete a decenas de millas.
Allí, descubrirá que Luis Armendariz, Gobernador del Estado de Sonora, está suministrando armas y caballos a los Apaches.
Armendariz busca la presidencia de su país y, para asegurar su popularidad, quiere recuperar Texas utilizando a los Apaches y, luego, traicionarlos, librándose de ellos.
Cuando Blueberry cae en poder de las tropas de Armendariz, su única oportunidad de sobrevivir es aliarse con el Capitán Kimball, un antiguo oficial sudista, quien, para evitar las prisiones nordistas, ha buscado refugio en México.
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