"Quien nunca lo haya probado no puede comprender la sensación de libertad salvaje que proporciona montar en un trineo. Formas parte de la manada. Eres un perro que corre. Eres libre"
"
En 1867, el Zar de todas las Rusias vendió el inmenso territorio de Alaska al Gobierno de los Estados Unidos por un mendrugo de pan, 7.200.000 de dólares.
Durante treinta años, pocos fueron los que se animaron a visitar Alaska, pero, en julio de 1897, todo cambia, la noticia del descubrimiento de toneladas de oro en el Klondike, un río desconocido en Alaska, publicada por el Chronicle, provoca que miles de personas abandonen todo lo que tenían a sus espaldas y se embarquen, cargados de sueños de gloria y fortuna, rumbo al inexplorado norte, dónde tuvieron que recorrer centeneras de kilómetros de páramo helado antes de llegar al río Klondike.
Matt Bowers, un joven campesino, huye de la granja familiar situada en Three Rivers, Connecticut, para ir a labrar su futuro en el territorio del Klondike.
Allí, Matt descubre pronto que se puede hacer, rápidamente, mucho dinero, que, casi todo, está en venta y que, cada día que pasa, los precios aumentan.
Para llegar a Dawson, población situada en la orilla este del Yukon, en la desembocadura del Klondike, era necesario recorrer centenares de millas y cruzar los rápidos de White Horse y Miles Canyon. Se trataba de una carrera en la que no hubo muchos ganadores, pues la mayoría llegó demasiado tarde a Dawson y se encontró con que las concesiones del Bonanza ya estaban otorgadas y las otras no valían nada.
Aunque la mayoría decide marcharse, Matt toma una concesión algo más lejana de Dawson en la que será difícil encontrar oro. Se trata de un terreno de calma absoluta, en el que, únicamente, el sonido del viento y de su propia voz rompían el silencio.
Los días comenzaron a sucederse lentamente, buscando cualquier rastro de oro en el lecho del rio. Allí, encontró algo que creía imposible, la felicidad. En medio de ese silencio, rodeado de sus perros y de la naturaleza, descubrió que no necesitaba nada más.
Pero en el Gran Norte la nieve se extiende hasta el infinito y el frío extremo se cuela por todas partes. No se producían muchos milagros. Era un lugar duro e inclemente, en el que fueron muy pocos los que tuvieron suerte. Los demás no tenían elección, o se adaptaban o morían.
En ese inmenso e inexplorado territorio, todo podía suceder y se perdía la vida en un solo instante. En medio de ese frío, la supervivencia era una cuestión de segundos.
Matt decide ir más al norte, dónde nadie se aventura. Continúa buscando oro más allá de los valles más salvajes del interior. Y cada vez que deja atrás un arroyo y busca uno nuevo, se repite: "lo encontraré, lo encontraré".
En ese pais, todos los días se parecen y las semanas pasan. Cada día, Matt se agacha con las manos en el agua, lava, tamiza y tira la tierra de nuevo antes de volver a comenzar su búsqueda. No obstante, poco a poco, Matt aprende a comprender ese territorio y a ser paciente. Hay que continuar, hay que ir más lejos.
Sigue los arroyos que serpentean la montaña, aprende a detectar hasta el menor desprendimiento de tierra.
Y es que Matt ama esa región, en la que ha decidido hacer realidad su sueño. Sabe que, si declara la existencia de un filón de oro, otros vendrán a excavar y devastarán esa magnífica tierra, mancillándola, los indios se verán obligados a huir de sus tierras. Entonces, es cuando Matt decide hacer lo correcto.
Éric y Jean-Marc Stalner adaptan la novela "Oro bajo la nieve" de Nicolás Vanier, haciendo al lector partícipe de la lucha y drama que supuso la vida diaria, así como de las aventuras y los peligros, de quienes se vieron arrastrados por la fiebre del oro a un desierto de hielo y nieve.
"Oro bajo la nieve", que ha sido publicado por Yermo Ediciones, tiene 144 páginas a color y puede ser adquirido por un precio de 34,00 euros.