El Guapo conoce el subsuelo de Madrid mejor de lo que la mayoría conoce su superficie, se mueve por las alcantarillas tan bien como por sus calles, tiene un instinto especial para saber por dónde es seguro transitarlas y donde se corre el riesgo de sufrir una muerte dulce.
El Chiquitín regenta una pescadería en el mercado de Aluche y es tan corpulento como el ogro de un cuento infantil. La Chiquitina es una mujerona que intenta disimular su gordura envolviéndose en largos fulares y que se ha tatuado un caballito de mar en homenaje a su novio pescadero.
El Yunque es un tipo pequeño y fibroso con una especie de boina de pelo en lo alto de su cabeza rapada, las falanges de sus dedos están tatuadas con ideogramas chinos. La Yunque es muy delgada y con el pelo teñido de rosa parece un flamenco.
El Chato lleva el pelo rojo atado a una coleta. La Chata es casi menuda, casi infantil, pero tiene un aire indolente y provocativo.
Son un grupo de amigos de vacaciones en Marruecos, viajan en un microbús con un chófer, duermen en buenos hoteles, y hacen lo que cualquier grupo de turistas, pero el microbús tiene un doble fondo, en él llevan mazos, palanquetas, monos, botas, lanzas térmicas y seis botellas de oxígeno envueltas en gomaespuma para que no exploten.
El Saharaui es un joven de tez morena, alto y delgado, viste camisas blancas con los puños abrochados, es el conductor del microbús, antes trabajaba en El Aiún reparando grandes pesqueros con los marroquíes, allí aprendió a manejar la lanza térmica cortando y soldando metal. En veinte minutos es capaz de abrir una caja fuerte como si fuera una lata de sardinas.
En Marrakech se celebra una exposición internacional de joyería y por la noche los joyeros depositarán piezas por un valor de seis millones de euros en un banco que únicamente tiene una alarma en la puerta y una cámara sin conexión a la policía ni a ninguna agencia de seguridad, además una pared de la cámara de seguridad da a las alcantarillas.
El muro de la cámara está hecho a soga y tizón, es decir dos ladrillos por el lado más largo, bastante deteriorados por la humedad.
El muro de la cámara está hecho a soga y tizón, es decir dos ladrillos por el lado más largo, bastante deteriorados por la humedad.
El plan es relativamente sencillo: echar abajo la pared de la cámara de seguridad, abrir tres armarios blindados y las cajas de seguridad que contienen y hacerse con un botín de más de seis millones de euros en joyas. A lo sumo, dos horas de trabajo. Luego pasar un día o dos en Marrakech para no despertar sospechas y viajar a Tanger donde tomarán un barco para Algeciras.
El Joyero es el encargado de facilitar la información sobre el objetivo, les de un plan detallado y les proporciona los apoyos sobre el terreno. Además, se encargará de colocar las joyas en el mercado.
Sin embargo, nada es lo que parece y lo que debería haber sido un golpe rápido y limpio se complicará hasta límites insospechados pues una de las cajas de seguridad contiene un pendrive con una información mucho más valiosa y peligrosa que las ansiadas joyas.
Escrita por Tomás Bárbulo, la novela "La Asamblea de los muertos", que fue publicada, en mayo de 2017, por Salamadra, tiene 380 páginas y puede ser adquirida por un precio de 18,00 euros.
Sin duda alguna, uno de los mejores debúts que recuerdo en el campo de la ficción criminal.
Sin duda alguna, uno de los mejores debúts que recuerdo en el campo de la ficción criminal.
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