Tras la derrota de los ejércitos cristianos ante Kiev, cien mil demonios se congregan a las puertas de los reinos de Europa.
En el invierno de 1242, tres ejércitos mongoles se esparcen por el valle del Po y saquean la ciudad de Roma.
Algunos afirman que Dios ha decidido abrir las puertas del Infierno para castigar a su pueblo y obligarlo a hacer penitencia por todos sus pecados.
La ciudad eterna es arrasada por los jinetes mongoles hasta la última piedra. Durante seis días y seis noches, las Siete Colinas arden.
Luego, como cada primavera, los escuadrones de jinetes lobo vuelven hacia Levante con sus carretas llenas de botín, arrastrando tras ellos largas filas de esclavos.
En los reinos francos todos saben con la llegada de los malos días y los primeros fríos, las hordas mongolas regresarán irrumpiendo como fantasmas vociferantes entre las brumas del invierno y esta vez el mundo cristiano no sobrevivirá.
El Santo Padre, refugiado en la buena ciudad de Avignon desde el saqueo de Roma, convoca "La Última Cruzada", y de todas partes se alzan los últimos caballeros francos para combatir a los demonios de Gog y Magog que presagiaba la Biblia.
Los clérigos se deshacen en plegarias para que el Cielo salve a la Creación y ahuyente a las manadas de lobos del Gran Kan de la Horda de Oro. Desde los reinos de Occidente todavía libres parten los últimos caballeros cristianos.
Las Órdenes Militares van a la cabeza. Seiscientos Teutónicos al mando de Gerhard Von Malberg que solo aspiran a vengar a sus hermanos caídos en Kiev, los Hospitalarios con sus negros ropajes, los españoles de la Orden de Calatrava y su Gran Maestre Gómez Manrique, y -como siempre, reivindicando la posición más arriesgada- seiscientos Templarios y su Gran Maestre Guillaume de Chartres, decimocuarto Maestre de la Orden.
Después vienen las huestes de los grandes príncipes cristianos, las francesas del rey Luis, las inglesas del rey Enrique III de Plantagenet, los caballeros borgoñeses con sus ricos atuendos, los príncipes palatinos de Alemania. En total, diez mil caballeros y el triple de soldados de infantería.
Son la última esperanza de la cristiandad, pero todos ellos, desde el primero hasta el último, morirán en las riberas del Rin a manos de los ejércitos de Batu y Sbudoai.
Es entonces cuando el Superior general de los Hermanos Menores de San Francisco encomienda a los hermanos Francisco y Mateo una difícil misión que puede cambiar el curso de la Historia: viajar hacia el Levante, hacia la guarida del demonio, a predicar al Gran Kan Ogodei la buena palabra, la paz y la sumisión a nuestro Señor Jesucristo.
Un año después, Ogodei enviará a tres emisarios de Karakórum a Palermo con el fin de sellar una alianza contra los Mamelucos con aquél al que el Santo Padre prefiere llamar el "Anticristo" y ha excomulgado, aquél al que llaman como el "Estupor del Mundo" y el "Prodigioso Transformador de las Cosas", el Emperador Federico II de Hohenstaufen.
Escrito por Fred Duval y Jean-Pierre Pécau y dibujado por R.M. Guéra e Igor Kordey, el tomo "La Horda de Oro", que fue publicado, en febrero de 2019, por Ponent Mon, tiene 112 páginas a color y puede ser adquirido por un precio de 24,00 euros.
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